El ascenso y la caída de la sociedad entre Michael Jackson y Quincy Jones

Michael Jackson y Quincy Jones son dos de las figuras más influyentes de la historia de la música; su colaboración dio origen a algunos de los temas más emblemáticos y comercialmente exitosos jamás creados. Sin embargo, a pesar del éxito incomparable que lograron juntos, su relación distaba mucho de ser fluida.

Con cada álbum innovador que lanzaban, la tensión se acumulaba entre bastidores, lo que finalmente condujo a su ruptura profesional y personal. Este ensayo profundiza en los orígenes, el ascenso y la disolución final de la legendaria sociedad entre Michael Jackson y Quincy Jones, arrojando luz sobre las razones detrás de su separación.

Los comienzos: una colaboración legendaria

La sociedad entre Michael Jackson y Quincy Jones comenzó en el set de rodaje de *The Wiz* en 1978, donde Jones se desempeñó como director musical de la película.

En ese momento, Jackson todavía era conocido principalmente como el joven cantante principal de los Jackson 5, y aunque sus primeros álbumes en solitario habían tenido un desempeño moderadamente bueno, estaba lejos de la megaestrella en la que se convertiría más tarde.

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Reconociendo el inmenso potencial de Jackson, Jones aceptó producir su próximo álbum en solitario, una decisión que cambiaría el curso de la historia de la música.

Su primera colaboración, Off the Wall (1979), fue un éxito revolucionario. El álbum, que mezclaba disco, funk, pop y R&B, mostró el estilo en evolución de Jackson y lo consagró como artista en solitario.

Vendió más de 20 millones de copias en todo el mundo e incluyó éxitos como “Don’t Stop ‘Til You Get Enough” y “Rock with You”. La sinergia creativa entre Jackson y Jones era innegable, y su relación de trabajo parecía ser de respeto mutuo y visión compartida.

Sin embargo, a pesar del éxito de Off the Wall, Jackson no estaba satisfecho con la recepción que recibió en las principales ceremonias de premios, ya que sentía que el álbum no había sido plenamente reconocido por la industria. Este deseo de validación y reconocimiento alimentaría su ambición de crear algo aún más grande.

*Thriller*: La cima del éxito

La siguiente colaboración entre Jackson y Jones dio como resultado el álbum más exitoso de la historia, *Thriller* (1982). El álbum, que ha vendido más de 70 millones de copias en todo el mundo, solidificó el estatus de Jackson como el “Rey del Pop”. Con sencillos exitosos como “Billie Jean”, “Beat It” y “Thriller”, el álbum se convirtió en un fenómeno cultural, trascendiendo barreras raciales y de género.

Sin embargo, tras bastidores, ya empezaban a surgir tensiones. El perfeccionismo de Jackson a menudo chocaba con el enfoque autoritario de Jones.

Un incidente notable ocurrió durante la grabación de “Billie Jean”, donde Jones se frustró con la insistencia de Jackson en agregar sus característicos “chirridos” vocales a la canción. Después de horas de desacuerdo, Jackson finalmente accedió, pero el incidente insinuó diferencias creativas más profundas.

A medida que *Thriller* se disparaba a un éxito sin precedentes, la tensión entre Jackson y Jones crecía. Jackson, que había comenzado a ejercer un mayor control sobre su música, sintió que merecía un mayor reconocimiento por el éxito del álbum.

Según Bob Jones, ex portavoz de Jackson, la estrella del pop incluso presionó entre bastidores para minimizar el crédito de Jones en los premios Grammy, una medida que dañó profundamente su relación.

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La creación de *Bad* y las crecientes tensiones

A pesar de sus diferencias, Jackson y Jones se reunieron para una tercera colaboración, *Bad* (1987), que se convirtió en otro gran éxito comercial, vendiendo más de 35 millones de copias.

Sin embargo, la grabación de *Bad* estuvo marcada por una mayor tensión creativa. Jackson, ahora un icono mundial, quería un mayor control sobre su música y estaba decidido a demostrar que podía replicar el éxito de *Thriller* sin depender demasiado de Jones.

Durante el proceso de grabación, sus desacuerdos se hicieron más frecuentes e intensos. Jackson quería traspasar los límites y explorar nuevos sonidos, mientras que Jones, más arraigado en las estructuras musicales tradicionales, abogaba por un equilibrio entre la innovación y la accesibilidad.

Un punto de discordia importante surgió cuando Jones hizo arreglos para que Prince colaborara con Jackson en la canción principal de *Bad*. La colaboración fracasó y, según se dice, Jackson estaba furioso, sintiéndose traicionado por Jones.

Además, Jones animó a Jackson a incorporar tendencias musicales emergentes, como el hip-hop, en el álbum. Sin embargo, Jackson se mostró escéptico y, como es sabido, le dijo a su manager Frank DiLeo que Jones “no sabe que el rap está muerto”.

Irónicamente, la previsión de Jones fue correcta, ya que a finales de los 80 se produjo el auge de grupos de hip-hop como N.W.A. A pesar de la fricción, *Bad* produjo varios sencillos de éxito, entre ellos “The Way You Make Me Feel”, “Smooth Criminal” y “Man in the Mirror”. Sin embargo, estaba claro que esta sería su última colaboración.

La ruptura: independencia creativa y nuevos rumbos

A finales de los años 80, Jackson estaba listo para ejercer un control creativo total sobre su música, y su relación con Jones se había deteriorado. El deseo de independencia de Jackson fue alentado aún más por el magnate de la industria David Geffen, quien había comenzado a asesorar a la estrella del pop en sus decisiones comerciales.

Bajo la influencia de Geffen, Jackson despidió a varios miembros clave de su equipo, incluido su abogado, su representante y, finalmente, Quincy Jones.

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Mientras que algunos vieron el final de su asociación como la conclusión natural de un contrato de tres álbumes, otros creyeron que el deseo de autonomía de Jackson y una nueva dirección creativa jugaron un papel importante.

El siguiente álbum de Jackson, *Dangerous* (1991), lo vio colaborar con el productor Teddy Riley, quien lo ayudó a incorporar el sonido New Jack Swing que definió gran parte de la década de 1990.

Para Jones, la separación marcó el final de un capítulo de su carrera altamente exitoso pero tumultuoso. Continuó trabajando en varios proyectos en cine, televisión y música, manteniendo su estatus como uno de los productores más venerados en la industria del entretenimiento.

Conclusión: Un legado complejo

La colaboración entre Michael Jackson y Quincy Jones sigue siendo una de las más importantes en la historia de la música. Juntos, redefinieron los límites de la música pop, creando álbumes atemporales que siguen influyendo en artistas de todos los géneros. Sin embargo, la tensión creativa que impulsó su éxito también los separó.

Si bien la búsqueda de control e innovación de Jackson chocaba con el enfoque más tradicional de Jones, las contribuciones de ambos a su trabajo en colaboración fueron esenciales. Su ruptura sirve como recordatorio de la dinámica compleja que a menudo existe entre los grandes artistas: relaciones marcadas tanto por la creatividad como por el conflicto.

Al final, Jackson y Jones dejaron una marca indeleble en la historia de la música, su legado de logros incomparables pero también de tensiones no resueltas.

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