Aunque muy famosos en todo el mundo, existe una ciudad que prohíbe un día al año escuchar música de artistas como Karol G y Feid. Tienen grandes multas para quienes violen esta ley.

La ciudad ha decidido proteger sus tradiciones censurando la música urbana por un día al año.

Fotografía por: Cortesía

En la pintoresca ciudad de Línea de la Concepción, situada en la Península de Gibraltar, el reguetón, ese género urbano que ha conquistado el mundo, es silenciado una vez al año. Durante el Domingo Rociero, una festividad religiosa que se celebra el primer domingo de la Feria de Andalucía, escuchar reguetón no solo es mal visto, sino que también puede llevar a una multa que supera los tres millones de pesos colombianos.
Desde 2019, el alcalde de esta ciudad en Cádiz decidió implementar esta peculiar medida, con el objetivo de mantener la solemnidad y el carácter tradicional del evento. Como lo comentó una habitante local, “nos vimos obligados a sacar un bando donde dejaba claro y concreto qué tipo de música se podía escuchar: rociera, flamenca y similar”. Y es que, en esta celebración dedicada a la Virgen del Rocío, el flamenco y las sevillanas son los únicos géneros permitidos, dejando fuera no solo al reguetón, sino también a la música electrónica, el rock y el rap.

Esta prohibición, aunque ha generado críticas entre los fanáticos de artistas como Karol G y J Balvin, demuestra la importancia que la comunidad local otorga a la preservación de sus costumbres. La normativa es aplicada estrictamente por más de veinte agentes que velan por el cumplimiento de las reglas durante la festividad.

¿Qué otras prohibiciones tienen en Línea de la Concepción?

Además de la restricción musical, las autoridades locales han implementado otras medidas para mantener un ambiente seguro y adecuado. Por ejemplo, el uso de cachimbas en las casetas está prohibido, y quienes incumplan esta norma podrían enfrentarse al cierre de sus establecimientos. Asimismo, las tómbolas tienen restricciones sobre los objetos que pueden ofrecer como premios, prohibiéndose artículos peligrosos como porras, machetes o navajas.

Aunque para algunos puede parecer un tanto exagerado, esta normativa refleja el esfuerzo por proteger la identidad cultural y las tradiciones de la región. En un mundo donde el reguetón domina las listas de éxitos, este pequeño rincón del sur de España se permite, al menos por un día, marcar la diferencia y recordar que, aunque los tiempos cambian, algunas tradiciones perduran.

La controversia está servida, pero el Domingo Rociero sigue siendo una muestra viva de cómo la cultura local puede imponerse, aunque sea momentáneamente, sobre las tendencias globales. Así, el reguetón, por un día, se ve obligado a guardar silencio en honor a las raíces andaluzas.

*Contenido generado con asistencia de la IA.