A los 77 años, Amaya Uranga finalmente revela cómo los Mocedades no se llevaban bien

Amaya Uranga, una de las voces más emblemáticas de la música española y miembro fundador de Mocedades, ha sido siempre una figura reservada cuando se trata de hablar sobre los aspectos personales de su carrera y las dinámicas dentro del grupo.

Sin embargo, a los 77 años, en una reciente entrevista, la cantante ha roto su silencio y revelado detalles sorprendentes sobre los conflictos internos que marcaron la historia del popular grupo vocal español, uno de los más exitosos de las décadas de los 70 y 80.

Mocedades, que alcanzó su mayor popularidad a mediados de los años 70, fue responsable de algunos de los éxitos más inolvidables de la música en español, como Eres Tú, La otra España y Amor de hombre.

Sin embargo, detrás de las armonías y el éxito comercial que la banda logró durante su apogeo, siempre existió un conflicto subyacente entre sus miembros, algo que Amaya Uranga ha decidido compartir ahora con su público.

Mocedades nació en Bilbao, España, en 1969, bajo la dirección de los hermanos Uranga, quienes inicialmente crearon el grupo como un conjunto vocal a capella.

Con una propuesta innovadora para la época, el grupo consiguió rápidamente la atención del público y de las discográficas. Su estilo, que mezclaba el folk con la música pop y canciones tradicionales españolas, capturó los corazones de millones de oyentes en todo el mundo.

A lo largo de su carrera, Mocedades estuvo integrado por varios miembros, pero siempre destacó la figura de Amaya Uranga, cuya voz inconfundible se convirtió en uno de los pilares de la banda.

Durante los primeros años de su carrera, el grupo vivió una etapa de gran éxito, alcanzando fama internacional tras su participación en el Festival de Eurovisión de 1973 con la emblemática canción Eres Tú, un tema que, a pesar de no haber ganado el certamen, se convirtió en un clásico instantáneo.

Sin embargo, detrás de la fachada de armonía vocal, Mocedades siempre fue un grupo marcado por tensiones internas. Estas diferencias, que con el tiempo fueron cada vez más evidentes, se debían a múltiples factores, desde la gestión de la banda hasta diferencias musicales y personales entre los miembros.

En la entrevista reciente, que tuvo lugar en una charla extensa para una reconocida publicación de música, Amaya Uranga se mostró dispuesta a compartir su versión de los hechos. Tras varios años de mantener el silencio, la cantante decidió hablar sobre los problemas de convivencia que existían dentro del grupo.

“La gente siempre vio a Mocedades como un grupo feliz, unido, pero la realidad era muy diferente. Había mucha tensión entre nosotros, especialmente entre los que tomábamos las decisiones. No era un ambiente fácil de soportar a veces”, confesó Uranga.

La cantante señaló que, si bien la música siempre fue su pasión y el motor de Mocedades, las disputas personales dentro de la banda nunca fueron fáciles de manejar.

Según Uranga, uno de los factores más conflictivos fue la división sobre la dirección artística y la gestión del grupo. Aunque muchos miembros de Mocedades tenían ideas similares sobre el sonido que querían, las diferencias sobre el rumbo a seguir, tanto en términos musicales como en la imagen pública del grupo, crearon fricciones.

Amaya admitió que las diferencias no se limitaban solo a los aspectos musicales. “A veces los egos se cruzaban, y las personalidades tan distintas chocaban.

Cada uno tenía su propia visión de lo que el grupo debía ser, y eso generaba muchas discusiones. Al final, eso afectaba la química que tenía el grupo sobre el escenario”, agregó.

Un punto crucial de los conflictos fue la salida de los hermanos Uranga, que se produjo de manera inesperada para muchos fans. Aunque Amaya permaneció en la banda durante algunos años más, la salida de sus hermanos originó un cambio profundo en la dinámica de Mocedades.

“Fue doloroso, pero la tensión era insostenible. En un grupo, cuando no hay armonía, ya no puedes continuar. No solo se trataba de la música, sino de la relación humana entre nosotros. Fue una ruptura que necesitaba suceder”, recordó.

Amaya también habló de los cambios que ocurrieron en la formación de Mocedades después de las salidas de varios de sus miembros originales.

“Hubo un tiempo en el que me sentí muy sola, especialmente cuando los grupos de poder se fueron disolviendo. La responsabilidad de la banda recayó en algunos de nosotros, pero no siempre fue fácil tomar las decisiones en medio de tanto desacuerdo”, reveló.

La figura de Amaya Uranga como líder vocal de Mocedades siempre fue reconocida por su talento, pero, según ella misma explica, las relaciones con algunos de sus compañeros fueron más complicadas de lo que parecía desde afuera. Aunque había una fuerte complicidad entre algunos miembros, también había desconfianza y malestar, lo que a veces afectaba el trabajo en equipo.

“Había quienes querían que Mocedades se mantuviera en la misma fórmula de éxito que nos dio la fama, y otros querían explorar nuevos caminos, y eso creó roces. No todo el mundo compartía la misma visión, y eso afectaba la cohesión del grupo”, explicó.

Sin embargo, la cantante también destacó que, a pesar de todo, existían lazos profundos con varios de sus compañeros. A lo largo de los años, algunos miembros se distanciaron, pero Amaya aún mantiene relaciones de cariño y respeto con ciertos exintegrantes. “Aunque tuvimos diferencias, siempre hay amor por lo que construimos juntos. La música nos unió, y eso es lo que más valoro de esa etapa”, dijo con nostalgia.

A medida que pasaron los años y las tensiones dentro del grupo aumentaron, Amaya Uranga decidió seguir su propio camino en la música. Su salida de Mocedades, aunque no fue una sorpresa para muchos que conocían las tensiones internas, marcó el final de una era para el grupo.

En su carrera en solitario, Amaya ha continuado explorando su propio estilo y ha lanzado varios discos, aunque nunca logró el mismo nivel de éxito que alcanzó con Mocedades. A pesar de esto, sigue siendo una de las figuras más queridas en la música española.

Hoy, a los 77 años, Amaya Uranga ha querido mirar atrás y compartir su verdad sobre los conflictos internos que marcaron la historia de Mocedades. Aunque han pasado décadas desde aquellos primeros días de gloria, la cantante ha reflexionado sobre lo que significó ser parte de uno de los grupos más influyentes de la música española y sobre lo que aprendió de esas experiencias difíciles.

“La música sigue siendo lo más importante para mí, pero también he aprendido que, en la vida, la armonía no solo está en las notas, sino también en las relaciones personales”, concluyó.

La revelación de Amaya Uranga no solo ha sorprendido a los seguidores de Mocedades, sino que también ha mostrado una faceta más humana y realista de la vida detrás de las cámaras. Hoy, la cantante sigue siendo un referente de la música española, pero con una visión más madura y sabia sobre su carrera y su legado.