“Una infancia dura, pero luego una carrera exitosa y una familia feliz”: El niño, que creció en el hogar de un alcohólico, logró convertirse en una estrella del country.

La renombrada estrella de la música country, Keith Urban, se sinceró sobre su desafiante crianza en una entrevista sincera, reflexionando sobre una infancia marcada por frecuentes reubicaciones y la falta de calidez familiar.

A pesar de su buen comportamiento cuando era niño, los primeros años de Urban se vieron ensombrecidos por el alcoholismo de su padre, que lo privó de un ambiente hogareño acogedor.

Durante una sincera conversación sobre su viaje, Urban compartió ideas sobre el impacto de su infancia nómada, deseando un entorno familiar más estable e íntimo.

Relató la distancia emocional con su padre, quien, a pesar de no ser abusivo, rara vez expresaba amor o elogios, centrándose en cambio en la crítica.

A medida que maduraba, Urban observó que los recuerdos de su padre de aquellos días disciplinarios se desvanecían, lo que sugería un olvido genuino del pasado.

Ahora, a los 55 años, Urban ha transformado su vida, se ha casado con la aclamada actriz Nicole Kidman, de 56 años, y ha abrazado la paternidad con devoción.

La pareja, que se conoció en una función que celebraba a los australianos en Estados Unidos en 2005, se instaló inicialmente en una granja durante su primer año de matrimonio.

Urban, decidido a romper el ciclo de su crianza, es un padre dedicado a sus dos hijas, Sunday y Faith Kidman-Urban, en su pintoresco rancho de Nashville.

Urban expresa una inmensa alegría en la crianza de los hijos, particularmente como padre de hijas, una experiencia nueva para él después de haber crecido sin hermanas.

Destaca cómo sus hijos son la piedra angular de su vida, aunque él y Kidman los mantienen conscientemente alejados del ojo público para mantener una apariencia de normalidad.

Reflexionando sobre la mudanza de sus padres a Australia cuando él tenía solo dos años, Urban ahora aprecia las dificultades que superaron para construir una nueva vida desde cero en una tierra extranjera con recursos limitados.

A través de la resiliencia y el amor, Urban ha forjado una vida plena, apreciando su papel como esposo y padre, y asegurándose de que su familia disfrute de la estabilidad y el afecto que anhelaba cuando era niño.