A los 72 años, Lyn May Finalmente admite lo que todos sospechábamos – 1

Lyn May, ícono del entretenimiento mexicano, sigue siendo una figura polémica y fascinante, incluso en la actualidad. Nacida como Lilia Guadalupe Mendiola Mallares en 1952 en Guerrero, México, la vedette, actriz y bailarina exótica alcanzó la fama durante las décadas de los 70 y 80. Conocida por sus espectáculos cargados de sensualidad y provocación, Lyn May se consagró como uno de los rostros más importantes del cine de ficheras en México. Sin embargo, no solo su carrera artística ha mantenido a sus fanáticos atentos, sino también los giros inesperados en su vida personal.

72 Años Después Lyn May, Finalmente Confiesa Los Rumores Que Marcaron Su  Pasado - YouTube

Lyn May ha sido objeto de controversia y misterio durante muchos años, pero a los 72 años, decidió abrirse y hablar sobre un tema que había estado en la mente de muchos: la muerte de su esposo Antonio “Chucho” Chi. En 2008, Lyn May perdió a su marido después de una batalla contra el cáncer de próstata, y lo que hizo después sorprendió a todos. En una revelación impactante, durante una entrevista en 2021, Lyn May admitió que exhumó el cuerpo de su esposo y mantuvo sus restos en su cama durante un tiempo.

Este acto, que dejó a muchos en shock, fue una respuesta emocional extrema ante la profunda tristeza que sentía. “Viví con él 25 años. No podía dejarlo ir. Lo amaba”, confesó Lyn May. Este acto perturbador generó una gran controversia, especialmente entre su familia, ya que su madre le imploraba que dejara descansar en paz a su esposo. Aunque finalmente decidió hacerlo, la vedette admitió que fue un proceso largo y doloroso desprenderse del cuerpo de la persona que más había amado.

Este tipo de confesiones han marcado la vida pública de Lyn May, quien nunca ha temido hablar sobre sus experiencias, incluso las más personales. A lo largo de su carrera, ha compartido detalles sobre sus relaciones tumultuosas, como su primer matrimonio con un marinero estadounidense 30 años mayor que ella, con quien tuvo dos hijas. Ese matrimonio estuvo marcado por el abuso y la violencia, lo que la llevó finalmente a huir de él. Su vida, desde sus inicios humildes en Guerrero hasta su ascenso en la escena de los cabarets de Ciudad de México, ha sido una mezcla de éxito, tragedia y resiliencia.

Uno de los momentos más difíciles en la vida de Lyn May fue una experiencia traumática relacionada con una cirugía estética fallida. En los años 90, en su búsqueda de mantener su imagen juvenil y atractiva, fue víctima de un procedimiento cosmético que salió terriblemente mal. Lyn May, conocida por su belleza exótica, había optado por inyecciones de colágeno, pero fue engañada y le inyectaron sustancias dañinas como aceite de cocina y aceite para bebés, lo que resultó en deformaciones severas en su rostro. A lo largo de los años, se sometió a varias cirugías correctivas, pero el daño emocional y físico de esa experiencia sigue siendo una cicatriz profunda en su vida.

Lyn May, quien alguna vez fue considerada la “Diosa del Amor”, ha mantenido una carrera intermitente en el mundo del entretenimiento. Después de retirarse del cine de ficheras a finales de los 80, se reinventó apareciendo en telenovelas, videos musicales e incluso enseñando danza tahitiana en Cancún. Aunque su figura ha sido objeto de críticas por su estilo de vida excéntrico y sus polémicas intervenciones en televisión, Lyn May sigue siendo una referencia en la cultura pop mexicana.

En la entrevista donde habló sobre la exhumación de su esposo, Lyn May también reflexionó sobre el amor, el duelo y el miedo a envejecer sola. Admitió que, aunque el mundo la conoce como una figura sensual y audaz, en su vida privada ha experimentado momentos de profunda vulnerabilidad. Esta revelación mostró una nueva faceta de Lyn May, una mujer que, a pesar de su apariencia y fama, ha enfrentado las mismas luchas emocionales que cualquier ser humano.

A sus 72 años, Lyn May continúa siendo una figura enigmática que sigue capturando la atención del público. Su vida ha sido un carrusel de emociones, desde los escenarios más lujosos de Ciudad de México hasta los momentos más oscuros en su vida personal. Su habilidad para reinventarse y superar las adversidades ha sido clave para su longeva carrera.

Con su reciente confesión sobre la exhumación de su esposo, Lyn May ha demostrado que, a pesar de la controversia, su historia está lejos de terminar. Sus fanáticos continúan intrigados por las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida, y aunque muchos puedan no entender sus motivaciones, es claro que su vida ha estado marcada por un profundo deseo de amor, conexión y belleza, a cualquier precio.

Esta revelación, junto con su historia de cirugías fallidas y relaciones amorosas difíciles, le añade otra capa a la compleja figura que es Lyn May. A pesar de las críticas y el juicio público, ha demostrado una y otra vez que no tiene miedo de vivir su vida de manera auténtica, incluso si eso significa ir en contra de las normas sociales. Al final, Lyn May sigue siendo un testimonio de la resiliencia, el dolor y la perseverancia, dejando un legado imborrable en la cultura mexicana.